
La navidad es muchas cosas, demasiadas para tener el mal gusto de comentarlas en navidad. La fe, esa que se presuponía antes y ahora asombra al más pintado es algo que escapa a mi razón y sí, entiendo la paradoja; quiero decir que escapa de mí sin más, y en cierto modo es una pena. Por eso y por algunas cosas más la navidad en este desván es también y por encima de todo una excusa para desear el bien al prójimo, a todo buen hijo de vecino, al que no tiene vecino o hijo o padre y a todos los que salen en aquel anuncio de un refresco gaseoso registrado también.
Aunque no visiten este herrumbroso desván de pacotilla.
Para todos un rato para ser feliz, ya que estamos.
Aunque no visiten este herrumbroso desván de pacotilla.
Para todos un rato para ser feliz, ya que estamos.