17 diciembre 2007

Felices Fiestas


Las fiestas navideñas llegan en los mismos días de siempre y con los mismos deseos de siempre y con más tópicos que nunca. A ellos me sumo y me dejo arrastrar por la onda de buena esperanza sorteando escepticismos e irreverencias varias; acudo pues fiel a la cita, a la onomástica, al cambio de dígito y dejo para otro día o para otra mente otras reflexiones con más verdad que San Nicolás.
Nieva sobre y en el desván, la humedad se ha hecho hielo, el espumillón sacó de quicio al pomo de la puerta y dos ratones coloraos comen tarta de queso con una cereza encima. Juraría que he comprado dos décimos y son para el gordo del 2008. Si me toca la pedrea, les pongo agujero a los ratones. Felices fiestas a todos, el año que viene más y mejor. Y que uds lo vean.


29 septiembre 2007

Ñoñerías 13 a 16: Popurrí


El mundo está podrido, aseguraban hace poco en una tertulia forera de tantas. El motivo concreto por el que se llegaba a tal conclusión es irrelevante ahora pero la pesimista conclusión sale a la luz en este desván por el hecho de que sea tan fácil encontrártela como final de muchas diatribas de mucha gente distinta; parece haber consenso en eso y eso, el consenso, no es fácil encontrártelo como final de nada. El mundo está podrido y uno de los motivos concretos por el cual llegar a esa conclusión es el racismo, la xenofobia, el odio al diferente, el odio porque sí añadiría, por juzgar a la persona no por su buen o mal hacer, sino de antemano porque una piel refleja una parte del espectro específico de la luz blanca que recibe y absorbe las demás, y otra piel refleja otra parte distinta. Pueden acusarme de dar una explicación estúpidamente simple, y al menos en uno de los epítetos habría razón.
Este ñoño nació en un país impúber, en poco menos de doscientos años no da para grandes enemigos más allá del fútbol, eso te quita la capacidad de guardar deudas históricas flagrantes, cavernarios y oscurantistas agravios; los nacidos en América tenemos uno sólo de esos agravios y se le llama y festeja de forma diferente. Puede que en parte por esa procedencia y en parte por la educación que vino después este ñoño que escribe no comprende en demasía la necesidad de agarrarse a las raíces propias con tanta importancia y tanto celo; al fin y al cabo esas raíces se diluyen con echar la vista atrás, a veces un par de cientos, a veces un par de miles de años, según donde el destino, la casualidad o la fe te haya ubicado en su momento.

El mundo no está todo podrido, claro que no, lo que ocurre es que ahora el olor llega a todos los sitios.

La primera tira de Dany el Ñoño salió publicada en el Nº67 de Ojodepez "Especial Racismo", y las que figuran a continuación y por ese orden en los números 65 "Yo hice de muerto en El Comisario", 66 "Tarantino" y 68 "El último capítulo de..." No dejen de visitarlo amigos.



27 junio 2007

Ahora sí Sillage


La niña se hizo grande, sí, a todos nos pasa, es algo con poco remedio conocido, el tiempo imperturbable y todo esa guisa. La niña mayor continúa por ahí perdida en la selva mamporro va mamporro viene con toda clase de criaturas alienígenas (la rutina de uno puede resultar extraordinaria para otro y viceversa). El tigre de la niña mayor, por cierto, también a crecido paralelamente, y encontrártelo ahora de cara y de repente te da hipo y te lo quita al tiempo.
Las aventuras de esta linda y salvaje muchacha llamada, ahora sí, Sillage, cumplen diez años como tales y en algún lugar de la Galia se ha elaborado un dvd conmemorativo con extenso material de la serie y con unas cuántas y maravillosas versiones, doy fe. Una de esas versiones, la menos maravillosa de todas, abre esta entrada y mueve un poco el poco ajetreado desván. Los ñoños somos así, con pausas pero sin prisas. Hasta la próxima pausa, pues.


25 mayo 2007

Miyazaki y toda su troupe


Chihiro cruzó aquel túnel, se hizo de noche, sus padres se convirtieron en cerdos y nada volvió a ser lo mismo. Si alguien ha sabido transportarnos más allá de lo mismo es este japonés bajito con cara de no haber roto nunca un plato y toda su pléyade de colaboradores, entre los cuales ha de haber, sin duda, un dios oriental venido a menos y cinco o seis criaturas sin nombre. No se explica de otro modo tanta habilidad para crear atmósferas inolvidables, capaces de saltarse a la torera barreras culturales y kilométricas y hacernos vivir dentro de ellas las más fantásticas historias que nunca nos atrevimos a imaginar. Apreciar su obra antes y dentro de los estudios Ghibli hace tiempo que dejó de ser un gusto especial de sibarita, una extravagancia original del espectador avispado. Está entre nosotros desde siempre, claro, sólo que no lo sabíamos con nombres y apellidos. Hoy por hoy son los nombres y apellidos de la mejor animación que uno pueda echarse a los ojos, unos ojos desgastados por ver siempre lo mismo. Si alguien pasa por aquí de refilón y advierte que le falta este autor entre sus preferidos hacedme caso, dadle una oportunidad a su pródiga producción, Totoro es una buena manera de empezar. Y después Porco, por qué no, la poesía más evidente de todas, y la mejor manera que se me ocurre de cerrar el relato con un cerdo aviador de la primera guerra mundial.

El dibujo es un homenaje hecho para una versión o viceversa, y para algún otro uso posiblemente. Y porque hay temas que sólo por tocarlos engrandecen al mensajero.


22 abril 2007

Ñoñerías 9 a 12: Los Demás


El ser ñoño no es óbice para ser más cosas, o al menos intentarlo. Los demás pueden pensar que ser ñoño implica poca sustancia, poco carácter, mucha ingenuidad, mucha ganas de endulzar sin motivo lo amargo y pocas ganas de asumir la cruda realidad. A mi me parece que la realidad se asume o no independientemente de cómo la traduzcamos luego, son problemas distintos. Traducirla en una buena cara ayuda casi siempre, a uno mismo y más a los demás.
De los demás el ñoño piensa bien a priori. Hace mucho que me cansé de la gente que piensa mal por defecto, el "piensa mal y acertarás", del vecino de arriba o del famoso omnipresente. Yo prefiero pensar bien y llevarme un chasco llegado el caso con el vecino y pensar para siempre bien del famoso al que nunca conoceré y que nunca me regalará por tanto chasco alguno. Prefiero no buscarle tres pies a las buenas acciones, no necesito echarlas abajo en un intento de justificar el hecho de que no soy yo quien las hago, no necesito dudar del beneficio real de tales acciones en otro intento de justificar lo mismo. Estoy bastante harto de justificaciones, del mirar para otro lado, del no tener la culpa nunca. No existe nada más falsamente acusado en este país que el empedrado, al que habría que escribir algún día una justa oda al inocente. Igual me animo algún día, quien mejor que un ñoño para hacerlo.
En las escuelas hace mucho que sobra alguna asignatura y falta la empatía como tal. No sé si se puede aprender, pero se podría intentar. Mientras tanto los afortunados que podemos permitirnos reflexionar alegremente podríamos practicarla más a menudo. No cuesta nada probar.

Las tres páginas mostradas a continuación aparecieron en su día en el inefable y pizpireto Ojodepez, en el mismo orden pertenecen a los números 62 "Supervillanos", 63 "Deformidades" y 64 "Vergüenza". No dejen de visitarlo amigos, no produce escozor, o lo produce del bueno.





03 abril 2007

Quattrocento: Tres


Ya hay portada (sí, el "ya" es fina ironía), de mi Quattrocento, lo que quiere decir que pronto estará listo (sí, el "pronto" es un adverbio), lo que quiere decir también que después de tardar bastante más de lo deseado (casi tanto como los otomanos en espantar a los sabios bizantinos), acabé de dibujar toditas las páginas del proyecto. Costó, sí, no habré de negarlo, pero ha sido un largo y tortuoso placer. Y lo he dicho en el mejor de los sentidos.

Además de la portada adjunto una página de la última historia que me quedaba por enseñar, el relato de misterio protagonizado por dos hermanas particularmente parecidas. El pez que aparece circunstancialmente en la viñeta grande no es Gill (buscar la referencia), es un primo que conoció en la quinta boda de una anguila promiscua.
Si todo sigue su curso más o menos en junio saldrá a la venta el interfecto, vendrá llenito de dibujos por las dos caras, tendrá bocadillos de sobra, onomatopeyas a raudales, diálogos a cascoporro y hasta líneas rectas hechas sin regla. Y cuatro sencillas historias de andar por casa. No se apuren, que en la fecha exacta de publicación les aviso otra vez.
Espero les guste.



25 febrero 2007

Sillage de Morvan y Buchet, de Munuera y... mío



El ínclito José Luis, de profesión dibujante apabullante y de apellido Munuera tuvo a bien en su día solicitarnos una versión de su Navis via Art Box. La resultante de esa inocente premisa fue un chaparrón de dibujos tal que así. Entre tanto garabato de quitar el hipo (y la ilusión al más pintado), se encuentra la versión de un servidor que encabeza esta entrada, en blanco y negro y a color también, aunque en aquellos lares gustara más la tinta sin aderezo alguno.
Sillage es un personaje que José Luis descubrió para mí, como anteriormente me había redescubierto ese añorado Spirou de la infancia perdida, ése que se podía leer en español y gratis en la biblioteca más cercana. Ahora ya no habrá mucho más botones dibujado por él y es una pena, porque se puede dibujar a Spip, Fantasio, Champiñac y Zorglub mejor pero es difícil imaginarse cómo.
Va por usted, melón.


09 febrero 2007

Tengo un trasgu en el desván




Ayer me desperté en el desván y no lo noté igual, no era él sino otro que se le parecía en lo estructural pero me fallaba en el alma. Para empezar estaba reseco de necedad, me encontré con el desagüe sin el viejo gato con botas de peluche y las katiuskas que desde siempre lo obstruían a base de bien y sospeché de inmediato por donde perdía agua el receptáculo. No era todo. La mesilla de noche estaba atornillada al techo. Por ahí todo normal, pero faltaba el despertador que con tanto ahínco pegué en su día a base de contacto y porrazos. En su lugar asomaba burlona una muñeca de trapo que colgaba de las trenzas y enseñaba en concecuencia las vergüenzas al respetable con sólo levantar la vista. No era todo. Tres moscas tenían presa a una viuda bajo todo el peso de una silla Luis XVI perteneciente a la antigua casa de muñecas, la que por cierto tampoco era la misma. En la habitación principal un despertador con forma de rana perjudicada dormitaba en el otrora sitio de una preciosa muñeca de trapo con trenzas. Rumiaba yo aquellos sutiles cambios y hallé la solución dividida en dos hipótesis disparatadas: O bien yo mismo, hallándome dormido y sonámbulo además encontré el buen gusto decorador que echo en falta estando despierto; o bien alguien ajeno a mi persona, con un gorro desorbitante, orejas exageradas, nariz puntiaguda, ojos de sapo y con medio metro escaso de mala leche se me había colado a vivir, vete a saber desde cuándo, en mi nidito de humor. Tengo un trasgu en el desván pensé, tamaña desgracia. Imagínense a este ser que viene de la tradición asturiana a enredar, esconder cosas, cambiarlas de sitio o quedárselas sin más para perderlas sin remedio a través del agujero de su mano. Tienen buen corazón dicen algunos pero yo digo que habrá de todo, lo mismo el mío lo tiene y sólo lo hace de puro travieso. Peores cosas le han pasado al castillo y puestos a decir verdades, todos los desvanes tienen uno.


La animación de esta entrada corresponde a un concurso para la TPA que tuvimos a bien hacer hace algún tiempo ya y que se emite todas las tardes en esta cadena. Si seleccionáis las casillas podréis ver al trasgu del desván en acción, y quizás adivinéis a qué lugar pertenece la fantástica foto escondida, obra y gracia de David Busto (para más señas: Ennegativo).